
TEXTO EVANGÉLICO
PROFECÍA DE LA PASIÓN (VII)
“Entretanto, Moisés, Aarón y Jur subían a la cima del monte. Mientras Moisés tenía en alto las manos, vencía Israel; mientras las tenía bajadas, vencía Amalec. Y, como le pesaban los brazos, sus compañeros tomaron una piedra y se la pusieron debajo, para que se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así resistieron en alto sus brazos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo, a filo de espada” (Ex 17, 10-13).
COMENTARIO
Si Moisés, por tener los brazos levantados en señal de oración por su pueblo, logró el favor de Dios y Josué venció a Amalec, ¡cuánto más nos obtendrán los brazos levantados de Jesús en la cruz!
Moisés subió a la cima del monte para orar, Jesús subió a la cima del monte alto para orar junto a sus discípulos más íntimos. Moisés fue acompañado por Aarón y por Jur. Jesús se transfiguró y aparecieron conversando con Él Moisés y Elías.
San Pablo escribe a Timoteo y le insta a que oren: “Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones” (1Tm 2, 8).
PROPUESTA
¿Oras por los demás?