VIII ESTACIÓN: JESÚS SE DIRIGE A LAS MUJERES
TEXTO BÍBLICO
“Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos. Porque llegarán días en que se dirá: ¡Dichosas las estériles, las entrañas que no engendraron y los pechos que no criaron! Entonces se pondrán a decir a los montes: ¡Caed sobre nosotros! Y a las colinas: ¡Cubridnos! Porque si en el leño verde hacen esto, en el seco ¿qué se hará?» (Lc 23, 27-31).
COMENTARIO
Sorprende que durante todo el itinerario recorrido detrás de Jesús, no hayamos escuchado ninguna palabra suya hasta este momento en el que se dirige a las mujeres de Jerusalén. La mujer es mirada con respeto y ternura por parte del Nazareno. Ante este gesto cabe traer a la memoria las palabras de Jesús a la pecadora, a la samaritana, a la adúltera, y también a su madre.
En una posible audiencia con una persona importante, se registran sus gestos: “Me ha dado la mano”. “Mi ha mirado”. “He hablado con él”… Jesús mira a la mujer, habla con ella, la consuela, la convierte en imagen de la Iglesia esposa, y le ofrece su mirada de misericordia.
PROPUESTA
Déjate mirar por Jesús