Año de oración
TEXTO BÍBLICO
“Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común” (Act 2, 42-44)
COMENTARIO: EUCARISTÍA
La Iglesia recibe el mandato de Jesús de celebrar el memorial de la Última Cena. Desde el principio, las comunidades cristianas celebraban la Eucaristía en las casas y compartían los bienes. Así lo testimonia san Justino: “Nos saludamos entre nosotros con un beso cuando se acaban las oraciones. Luego se trae pan y una copa de agua y vino al presidente de los hermanos, y habiéndolos recibido, eleva alabanza y gloria al Padre de todo por medio de su Hijo y del Espíritu Santo, y hace una larga acción de gracias por haber sido hechos dignos de estas cosas por Él; cuando se terminan estas oraciones y acciones de gracias, todos los presentes exclaman ‘Amén’.”
La Eucaristía es la oración más perfecta, la que hace el mismo Jesús. Cabe vivir en forma eucarística: reconciliados y reconciliadores; apoyados y de la mano de la Palabra de Dios; orantes universales; expropiados y ofrecidos; rotos a la vez que enteros; en comunión y adoradores; testigos y misioneros.
Por la participación en la mesa del Señor, formamos el mismo Cuerpo de Cristo. San Agustín llega a afirmar: “En efecto, también nosotros nos hemos convertido en su cuerpo y, por su misericordia, somos lo que recibimos” (Sermón 229). Y en otro de sus sermones: “Escucha al Apóstol que dice a los fieles: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros. En consecuencia, si vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros, sobre la mesa del Señor está puesto el misterio que vosotros mismos sois: recibís el misterio que sois vosotros. A eso que sois, respondéis «Amén».” (Sermón 272).
PROPUESTA
Participa lo más plenamente posible en la Eucaristía.