Año de oración – Lectura creyente
Statio: Preparación
TEXTO
“Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver por qué no se quema la zarza». Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés». Respondió él: «Aquí estoy». Dijo Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado».” (Ex 3, 3-5)
COMENTARIO: DISPOSICIONES ANTES DE LA ORACIÓN
Cuando se trata de acceder al diálogo que Dios desea entablar con nosotros, o se está permanentemente en unidad interior, don posible que nos muestran quienes han alcanzado a vivir en la presencia divina, o, en el normal desenvolvimiento de la actividad, es necesaria la actitud que Dios pidió a Moisés cuando se acercaba a la zarza ardiente: “Descálzate, que la tierra que pisa es santa” (Ex 3,5).
Santa Teresa recomienda a sus monjas “… ya sabéis que enseña su Majestad que sea a solas, que así lo hacía Él siempre que oraba, y no por su necesidad, sino por nuestro enseñamiento.” (CP 24,4). En algunos casos las dificultades en la práctica de la lectio divina no se deben tanto a no tener tiempo real, cuanto a la manera de emplear el tiempo del que disponemos. “No nos duela el tiempo en cosa que tan bien se gasta” (CP 42, 2).
“Es únicamente en el desierto en donde podéis aprender a convertir soledad en «solitud», y será únicamente cuando hayamos aprendido la «solitud» y la libertad –la capacidad de estar solos- cuando podremos comprometernos con otros sin peligros.” (G. B. HUME, “A la búsqueda de Dios”, Sígueme, Salamanca 1981, 37.
PROPUESTA
Haz un ejercicio de silenciamiento interior, antes de encontrarte con la Palabra.
