Año de oración

TEXTO BÍBLICO

Ano preparacion JubileoNaturalezaTú cuidas la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida; la acequia de Dios va llena de agua, preparas los trigales; así preparas la tierra. Riegas los surcos, igualas los terrones, tu llovizna los deja mullidos, bendices sus brotes. Coronas el año con tus bienes, tus carriles rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo, y las colinas se orlan de alegría; las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de mieses, que aclaman y cantan” (Sal 64, 10-14).

 

COMENTARIO: LA NATURALEZA

Los textos bíblicos revelan la relación necesaria y necesitada del hombre con la naturaleza. El jardín primero, donde Dios colocó al ser humano, el jardín de Arimatea, donde Jesucristo resucitado se dejó ver a María Magdalena, la profecía petrina: “esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva” (2 Pe 3, 13), y la visión del Apocalipsis: “Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar ya no existe. Y oí una gran voz desde el trono que decía: «He aquí la morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y el ‘Dios con ellos’ será su Dios».” (Ap 21, 1-3). Se convierten en llamadas para gustar la epifanía de la naturaleza y extasiarse en su contemplación.
El salmista canta: “Qué admirable es tu nombre en toda la tierra” (Sal 8), Francisco de Asís entona el cántico de las criaturas: “Loado seas, mi Señor”. San Juan de la Cruz enseña a sus novicios a contemplar la naturaleza con el poema del Cántico Espiritual: “Pasó por estos sotos con presura, e yéndolos mirando con solo su figura, vestidos los dejó de su hermosura”. No es casualidad que los textos revelados se expresen en un lenguaje rural. La tierra es matriz de humanidad.
Es un privilegio vivir en medio de la naturaleza. Se establece un diálogo real entre quien se adentra en ella y los árboles del bosque y el microcosmos que tapiza los caminos. “Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra” (Sal 97, 7-9).

PROPUESTA

Da voz a las criaturas y bendice a tu Señor.

 

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