Año de oración
TEXTO BÍBLICO
“Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre” (Sal 120, 1-8).
COMENTARIO: CONFIANZA
Los montes están más cerca del cielo, de ahí que en tantos lugares altos se haya edificado una ermita o un signo religioso. En el Monte Sinaí, Dios reveló a Moisés los mandamientos. En el Monte Horeb, Elías tuvo la experiencia mística del paso de Dios. En el Monte Alto, Jesús se transfiguró. En el Monte Calvario fue crucificado el Señor, quien ascendió a los cielos desde lo alto del Monte de los Olivos. Levantar los ojos a los montes es elevarlos a Dios.
La oración es una expresión confiada, una manifestación de la certeza de ser escuchados y atendidos, aunque no se vea el resultado inmediato de la súplica.
El orante descarga en Dios sus afanes. Siente el alivio al expresar las sombras, de manifestar ante Alguien sus miedos, sus necesidades, y sentir cómo se serena la mente y el corazón, no solo por el hecho de haber manifestado la dolencia, sino por la confianza de haberlo presentado ante quien es misericordioso.
PROPUESTA
Acude al Señor en la tribulación.
