SEXTA ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Ano de oracion Camino de la Cruz VIHabía en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume, y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume” (La 7, 37-38).

COMENTARIO

La tradición cuenta que una mujer se atrevió a limpiar el rostro de Jesús en el Camino al Calvario, y Jesús le regaló su rostro estampado en el lienzo. El Evangelio señala el gesto de una mujer que lava y enjuga los pies de Jesús en casa de Simón el fariseo.

Ahora mismo podemos observar cómo nadie se ve su propio rostro, y sin embargo es en la mirada del otro, cundo lo miramos, que encontramos la nuestra. Llevamos impresa la mirada de Dios. Él nos mira y nos convierte en destello de su mirada. Santa Teresa recomienda: “No os pido más que le miréis”.

PROPUESTA

Déjate mirar por Jesús, mírale a Él

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