Romería a la ermita de la Virgen. Vigilia y Pascua de Pentecostés.
Buenafuente del Sistal
Dirigidos por Mons. D. Luís Argüello, Arzobispo de Valladolid.
CELEBRACIÓN DEL 50 ANIVERSARIO de los “Amigos de Buenafuente”
Dirigida por D. ANGEL MORENO, Capellán del Monasterio de Buenafuente
Guiada por D. RAFAEL PASCUAL GALÁN
Este día, junto a toda la Iglesia Católica, comienza la preparación de la Pascua cristiana. Cuarenta días de especial acompañamiento en la liturgia de la Palabra, y en prácticas de piedad.
La Delegación de Apostolado Seglar, como ya es tradición, invita a los fieles a unas jornadas de retiro y oración en el Monasterio de Buenafuente. Quienes participan en los ejercicios son acompañados por un director y participan en la liturgia del Monasterio junto con las monjas.
Durante los días del Triduo Pascual se participa en la Liturgia del Monasterio, además se imparten meditaciones, que acompañan las celebraciones de la pasión, muerte y resurrección de Jesús en un clima de silencio y de convivencia.
Unidos a la Iglesia pedimos este día, de manera especial porque no falten obreros en la mies, según la enseñanza de Jesús. Las distintas formas de vida cristiana: el ministerio ordenado, la vida consagrada, la familia, y el laicado, son carismas y dones del Espíritu Santo en la Iglesia, y pedimos porque no falten los carismas de especial consagración.
Como hicieron los Apóstoles, reunidos con María, la madre Jesús, en oración, peregrinamos a la ermita de la Virgen de los Santos, junto con la parroquia de Huertahernando, para pedir el don del Espíritu Santo. En el Monasterio tiene lugar la gran vigilia de oración, en la que se invoca al Espíritu que derrame sobre todos sus dones de “Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios”. Y el domingo se celebra la gran Pascua de Pentecostés con la que se culmina el Tiempo Pascual.
Desde 1972, en Buenafuente, durante los meses de verano, se ofrece el acompañamiento espiritual a quienes deseen hacer unos días de ejercicios espirituales. La jornada se estructura con la participación en la Liturgia del Monasterio y meditaciones especiales, una por la mañana y otra por la tarde, además de tiempo de adoración, de reconciliación y de escucha para quien lo necesite.