TEXTO BÍBLICO
“Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa». Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento” (Lc 19, 2-6).
COMENTARIO
Observamos los movimientos que se dan en el relato evangélico: Zaqueo “trataba de ver”; “corrió”; “se subió para ver”. Jesús le dijo: “date prisa y baja”; el publicano “se dio prisa en bajar”. Cada movimiento es significativo. El deseo de ver se puede interpretar como apertura a la fe, y el publicano pensaba que para ver a Jesús era necesario “subirse” a las prácticas rituales de la sinagoga, representada en el sicómoro. Sin embargo, Jesús muestra que el camino para la fe es otro: descender, acoger, hospedar al Señor en casa, que es el propio interior.
ZAQUEO
Las palabras de Francisco en la misa de clausura de la JMJ de Polonia son muy esperanzadoras: “Zaqueo tuvo que superar algunos obstáculos para encontrarse con Jesús. No fue fácil para él. El primero es la estatura: Zaqueo no conseguía ver al Maestro, porque era bajo. También nosotros podemos hoy caer en el peligro de quedarnos lejos de Jesús porque no nos sintamos a la altura. ¡Tú eres importante! Y Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes: ante él, nada vale la ropa que llevas o el teléfono móvil que utilizas; no le importa si vas a la moda, le importas tú, tal como eres. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio” (Francisco, JMJ Polonia, 31 de julio 2016).
PROPUESTA
¿Te valoras como te valora Jesús?