Señor Santiago:
Un año más acudimos a tu casa. Mas en este año santo romano, deseamos ser peregrinos, romeros y palmeros: peregrinar hasta tu sepulcro, lucrar la indulgencia en Roma y, si es posible, celebrar en los Lugares Santos, donde se conmemora el paso de tu Maestro, el Señor Jesús.
Este año hemos querido recordar lo que otras veces hemos hecho a pie, al pasar por el llamado Camino Aragonés y el Camino Francés. Son tantas las imágenes que nos vienen a la memoria, que comprendemos muy bien la razón por la que tantos peregrinan hasta aquí.
Hoy queremos ser voz de todos los que han llegado hasta este Pórtico de la Gloria, pero también de tantos que en otros años nos acompañaban y, por distintas razones, ya no pueden hacerlo.
A lo largo de más de 27 años, recorriendo los distintos caminos, hemos llegado a comprender mejor la atracción que tiene ser peregrino. Es una identidad que nos permite entender la vida entera como un itinerario que avanza hacia la meta, que es el Señor.
Recibe nuestra ofrenda y bendice a todos los que llegan hasta tu casa con la experiencia de saberse peregrinos de la existencia.
