Horas despues

Pasó la brisa de la estancia amiga,

el canto melodioso, la sonrisa,

el beso cálido, el abrazo,

la mirada brillantemente fija.

Sentimiento contrapuesto:

Recuerdo agradecido y de nostalgia,

recinto colmado y el vacío,

las calles remecidas, solitarias.

Se siente el frío, la lluvia arrecia,

retorna la llamada de la estepa,

del páramo del yermo, y del desierto.

¡El corazón sabe la añoranza!

En esta encrucijada, el reclamo

de la presencia invisible, a solas,

estancia anchurosa, “sin amigos”,

otro abrazo más íntimo acontece.

Volví a mi interior y descubrí

que era real la fidelidad del Tú,

compañero permanente, silencioso,

en espera agradecida a mi retorno.

Y el verso en la plegaria se hizo alivio.

Es bueno expresar el sentimiento

ante Él que conoce las entrañas,

heridas siempre de saberse amadas.

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