TEXTO BÍBLICO
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó: «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?». Ellos gritaron de nuevo: «Crucifícalo». Pilato les dijo: «Pues ¿qué mal ha hecho?». Ellos gritaron más fuerte: «Crucifícalo». Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. (Mc 15, 12-15)
COMENTARIO
Este es el hombre, la plenitud humana, el Ecce Homo, Jesucristo, la donación total de sí mismo, que no tuvo miedo a la muerte y nos dio la vida. Dar la vida por una causa noble es la realización más plena de una persona. Jesús es el ejemplo de cómo se alcanza la plenitud.
En este contexto se comprenden las máximas del Evangelio: “El que quiera ser primero, que sea el último; el que quiera ser señor, que sea vuestro servidor; el que quiera ganar la vida, que la pierda”. Jesús, el Señor, se pone a los pies de los discípulos. Nunca, en ninguna religión o cultura, quien preside se abaja de tal manera. María, la madre de Jesús, en el Magnificat, canta: “El Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.
San Pablo, en su carta a los Filipenses, describe hasta qué extremo Jesús se rebajó. Algunos exegetas nos señalan que el Nazareno nos da ejemplo de abajamiento: solo ascendió a la Cruz.
PROPUESTA
Identifícate con Jesús