
TEXTO BÍBLICO
Que los montes traigan paz, y los collados justicia.
Baje como lluvia sobre el césped, como llovizna que empapa la tierra.
En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna (Sal 71, 3.6-7)
COMENTARIO
El profeta había anunciado imágenes de convivencia y de paz: “Habitará el lobo con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán juntos: un muchacho será su pastor. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león como el buey, comerá paja. El niño de pecho retoza junto al escondrijo de la serpiente, y el recién destetado extiende la mano hacia la madriguera del áspid. Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos: se volverán hacia ella las naciones y será gloriosa su morada” (Is 11, 6-10).
El advenimiento del Mesías es anunciado con la figura de Príncipe de la paz. “Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios fuerte, Padre de eternidad, Príncipe de la paz».” (Is 9, 5) “Es poderoso su redentor, se llama Señor del universo; tomará la defensa de su causa: así traerá paz al país” (Jr 50, 34)
La paz es posible en el corazón de los que tienen buen voluntad, así lo cantan los ángeles: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad” (Lc 2, 14) La paz y la justicia se llaman entre sí: “La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan” (Sal 84, 11).
PROPUESTA
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