
San Alberto Magno (1200-1280), religioso dominico, obispo y doctor de la Iglesia, fue maestro de Santo Tomás de Aquino. Su estudio y conocimiento de diversas ramas del saber lo convierten en un referente para quienes tienen la vocación de enseñar.
He visitado varias veces su tumba en la iglesia de San Andrés, en Colonia; una tumba austera para un gran teólogo. Se dice que él mismo la mandó construir y que cada día rezaba ante ella el oficio de difuntos. La Providencia me permitió viajar acompañado por la transmisión del Oficio de Difuntos y la Misa, ofrecida por Radio Clásica en homenaje a las víctimas de la reciente DANA. Los serenos melismas en canto gregoriano me ayudaron a unirme espiritualmente a tanto dolor. El locutor, que traducía los textos, terminaba llamando a la esperanza, recordándonos que los difuntos viven de otra manera. A ellos les deseamos la luz eterna y la paz permanente. Cada día se nos encoge el corazón ante noticias violentas, como la muerte del P. Franciscano en el Monasterio de Santo Espíritu, en Valencia.
La Iglesia hace un llamado a los sacerdotes y consagrados a la formación permanente, que no solo implica estudiar, sino también crecer en todos los aspectos de la vida. Hoy, todos estamos llamados a avanzar en nuestro crecimiento y maduración personal.
PROPUESTA
Lee algún libro que te ayude a crecer personalmente