TEXTO BÍBLICO
“«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del reino de Dios».” (Mc 12, 32-34)
COMENTARIO
San Marcos se hace eco del mandamiento principal, subrayado tanto por las palabras de Jesús como por las del escriba. En él se observa que el amor debido a Dios es el mismo amor que debemos al prójimo. El texto original utiliza el verbo “ἀγαπᾶν” (agapán), que significa amar por amor, un amor de gratuidad, el modo de amar más noble.
El Evangelio nos recuerda el mandamiento principal: “Amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser”. Este mandato se corresponde con el texto bíblico: “Amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas”. Al hacerlo, se nos invita a superar las tentaciones de la sensualidad, del poder y del tener, para lo cual el ayuno, la oración y la limosna son los mejores remedios. La Iglesia concreta este amor en los consejos evangélicos de castidad, obediencia y pobreza, orientando nuestra relación con Dios y con los hermanos hacia un amor sin posesión, sin afán de dominio y sin especulación alguna.
PROPUESTA
Ama con el mismo amor a Dios y al prójimo